Nuevo disco de Oblique. O de cómo escribir una reseña sobre un álbum de música electrónica que no parezca una indulgente nota de prensa. Discúlpenme, pero lejos de bajar la guardia, el trío barcelonés sigue sorprendiendo en cada nuevo álbum. Desde la apuesta disco puramente electrónica de ‘Acapulco’ de su debut en 2003, Oblique no ha dejado de innovar y adaptar permanentemente su propuesta de technopop ochentero, sofisticando el tratamiento de las voces e introduciendo guitarras electrizantes y bases más contundentes en ‘Wonderful Opulence’ (2007), o explorando nuevos registros y sonidos en ‘Without making noise’ (2009), donde introducen un sorprendente despliegue de teclados analógicos y novedosas vocalizaciones. En ‘Refraction of Light’ (Greenland Productions / 2012), su cuarto álbum de estudio, la formación catalana sigue reinventando los esquemas del género, explorando nuevas texturas y ambientaciones sonoras, sin dejar de lado su dominio de los teclados analógicos, las melodías pop y las bases bailables.
La banda de electropop experimenta en esta ocasión con percusiones más orgánicas, y recurre con acierto al contundente bajo eléctrico, que adquiere especial protagonismo en “The future” o“Animal magnetism“, reivindicando a sus adorados New Order, aportando a los temas un sonido más indie, y proponiendo una aproximación a la pista de baile más personal y acogedora. Sus envidiables recursos melódicos y la seductora voz de Sonia siguen intactos en el fascinante magnetismo de “Changing”, con unos teclados analógicos muy atrayentes, y en la tensión reverberante de “Geometry”, que serían candidatas perfectas para convertirse en hits de Ladytron.
En “Light will pass through the thickness” apuestan por una mezcla de electro-glam, como perfecta transición hacia registros más oscuros y calmados que nos trasladan a atmósferas más ambientales con formidables teclados en el single “A kind of electric current”, o creando un ambiente tétrico y perturbador en “Euphoria”, integrando con sutileza los estribillos en la estructura de la canción. Similar planteamiento utilizan en la envolvente “Returning to the ground to feed”, que tras un intro expectante, acaba desembocando en una formidable descarga electropop para cerrar el álbum, sin duda uno de sus singles más incontestables.
Todo ello sin perder su capacidad de seguir entregando himnos bailables de estribillos pegadizos y asombrosos, como en la arrebatadora “The future” ya mencionada, o en el perfecto pop nostálgico de “1,2,3,4”.
Un álbum intenso y vibrante que complementa a la perfección a los anteriores, y en el que nuevamente se constata la encomiable labor de Oblique para revisitar, reinventar y proyectar hacia distintas tendencias (indietrónica, disco, synthpop clásico, glam, ambient) su particular visión del technopop de los ochenta, haciendo gala de una amplia perspectiva que trasciende la escena electropop nacional, situándoles a la altura de muchos de los referentes europeos.