



El título de esta entrada poco tiene que ver con el miedo que puedan sentir artistas nóveles, o no tan nóveles.
Tampoco es una review de discos o crónicas de conciertos-.
Hemos sido testigos de una de las más terribles tragedias de los últimos años, y no por desgracias evitables como incendios o disturbios. La pasada noche del 13 de noviembre unos terroristas de ISIS, ese pensamiento asesino y radical amparándose en Alá, asaltaron la sala de conciertos Bataclan, mítica en París, dejando más de 80 fallecidos.
Francamente nos ha afectado, vamos a decenas de conciertos, la música en vivo nos apasiona y muchos de nuestros mejores momentos en esta vida ha sido en conciertos.
Siempre hemos pensado que los atentados podrían ser en medios de transporte o en hipermercados,… no, ya no, los que vamos a cenar al centro, a conciertos, etc, no estamos a salvo de la más absoluta locura, la más completa falta de respeto por la vida. La empatía con esos energúmenos es imposible,.. . sólo puedo pensar en las víctimas, con ellas sí que empatizo y no puedo dejar escapar unas lágrimas cada vez que me emocionan en la TV con la noticia.
Lo pensamos en privado y nos gustaría que las personas culpables de matar sin motivos a decenas de inocentes sufran mucho, pero sabemos que son incapaces de sufrir, han perdido su alma y su corazón.
Toda nuestra solidaridad y cariño para las víctimas y familiares de la barbarie de París.




No me quiero ni imaginar el trauma que les puede quedar a los que fueron al concierto de la sala Bataclan y presenciaron aquella masacre. Las secuelas psicológicas pueden afectarles de por vida en aquellos que acudieron con toda la ilusión a disfrutar de un concierto y vieron cómo mataban sin contemplaciones a muchos de los asistentes. Por no hablar de los ataques en pena calle, pero efectivamente, para los que amamos la música en vivo, sucesos como éste pueden marcarte para siempre.