Zodiac, estreno más interesante
Zodiac
Puntuación: 3 estrellas.
 David Fincher es probablemente uno de los directores más inquietantes del Hollywood reciente. Suyas son la vertiginosa Seven, la algo menor El club de la lucha y una sublime muestra de suspense claustrofóbico llamada La habitación del pánico.
Por eso, cuando se supo que Fincher se había puesto a trabajar en una película sobre el asesino del zodíaco, que aterrorizó la bahía de San Francisco durante varios años, todas las miradas se dirigieron a este proyecto que prometía devolver al mejor Fincher.
Primera advertencia. Si vais a ver Zodiac pensando que será una película del ritmo y la estética de Seven, saldréis defraudados. Ambos proyectos son radicalmente diferentes.
Segunda advertencia. Si os gustan los finales bonitos donde el bueno atrapa al malo, en Zodiac eso no es posible debido a que el caso de este asesino en serie sigue siendo un expediente sin resolver de todas las agencias policiales del país.
Tercera advertencia. Si acudís pensando que será una película sobre un asesino en serie y la investigación alrededor de su identidad, también saldréis defraudados. Zodiac es un drama sobre la obsesión. En primer lugar, la de un asesino por cobrar protagonismo y marear hasta la extenuación a los investigadores. Y en segundo lugar, la obsesión enfermiza de sus cazadores, que les lleva a perder parcelas de su vida personal en la lucha.
Tanta minuciosidad a la hora de exponer datos y retratar a los personajes se gasta Fincher que en los ¡165 minutazos! que dura la película hay tiempo para que se te pongan los pelos de punta con las excelentes y sobrecogedoras escenas de los asesinatos, te aburras bastante con el mareo de datos, personajes y sospechosos probables que aparecen en la parte intermedia de la cinta y te desesperes al comprobar el resultado final del proceso y la larguísima duración de la película.
Os recomiendo que si vais a verla, entréis antes en la página web (buenísima, por cierto) de la película y os empapéis del historial de este criminal. De esta manera la película no os provocará el desconcierto que le producirá al novato en el mediático asesino que ha inspirado varias películas como Harry El Sucio o Verano de Sam y el detective que persigue a Zodiac a otros investigadores como el que retrató Steve McQueen en Bullit.
Lo mejor: La ambientación detallista de la época y el rodaje de las escenas de suspende.
Lo peor: Es excesivamente larga y demasiado minuciosa en detalles que no aportan demasiado a la trama. El espectador acaba agotado.
12:08 Al Este de Bucarest
Puntuación: 3 estrellas.
 Que la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana no es algo nuevo ni que nos deba sorprender. Todo el mundo se apunta a caballo ganador y quien más y quien menos salva el culo como puede de cara a la posteridad.
De ello nos habla la estupenda farsa satírica 12:08 Al Este de Bucarest, cinta de nacionalidad rumana dirigida por Corneliu Porumboiu y que se erige como una gigantesca desmitificación de la revolución popular contra el dictador comunista Nicolae Ceaucescu acaecida en 1989, en los albores de la extinción de la URSS.
El título hace referencia a la hora y lugar en que se inició una revuelta que muchos pensaban que acercaría a Rumanía a la calidad de vida de los países occidentales. Como hoy todos sabemos, este sigue siendo uno de los países más pobres de Europa. Llevado por ese desencanto y grandes dosis de ironía, Porumboiu escribió un guión basado en un hecho real.
En la modesta televisión local de una ciudad de provincias rumana, un presentador de televisión reúne a dos de los héroes que aquel día gritaron contra el dictador en la plaza de esta ciudad. El objeto del programa es formular la siguiente pregunta: “¿Hubo o no hubo revolución en nuestra ciudad?”
Uno de los invitados, un alcohólico maestro, comienza a recibir llamadas en directo que desautorizan que sea un héroe revolucionario, hecho que sirve de excusa para adentrarnos en una divertida sátira sobre la heroicidad, la lealtad y la valentía. Ganadora de premios en muchísimos festivales internacionales, entre ellos Cannes 2006, es la primera vez que el cine rumano habla en tono de comedia de un régimen tan luctuoso como el del genocida Ceaucescu.
Lo mejor: Que los distribuidores españoles se atrevan a traernos propuestas tan interesantes y divertidas como esta farsa.
Lo peor: Que mucha gente aún sea reticente a adentrarse en emergentes filmografías como la rumana.
Candy
Puntuación: 2 estrellas.
 Un antiguo poeta y una pintora aficionada con aspiraciones artísticas comparten una relación amorosa en la que la heroína es la invitada especial en noches de desfases de jaco.
Candy es el retrato en tres tiempos (cielo, tierra, infierno) del enamoramiento de las drogas, de los infiernos a los que conduce a estos dos veinteañeros y de la ruptura vital, sentimental y emocional motivada por cuelgues de campeonato.
Está interpretada por Heath Ledger antes de su aventura en Brokeback Mountain y por una deslumbrante Abbey Cornish. Junto a ellos, se encuentra el camaleónico y versátil actor Geoffrey Rush, que ejerce de iniciador, camello y yanqui absoluto de la pareja.
Candy es un amargo relato del precio que hay que pagar por caminar por el lado salvaje de la vida. Dotada de una peculiar lirismo, la película no se desprende en casi ningún momento de los planos cercanos con los protagonistas y a la que no le sobra ni le falta ningún plano en su metraje.
Una historia de amarga soledad que coquetea con la esperanza, que nos deja un sabor amargo y que no está exenta del clásico tufillo moral de estas propuestas. Sin ser nada innovadora, al menos es una propuesta digna que se deja ver.
Lo mejor: Sin duda, los tres protagonistas.
Lo peor: Es demasiado esquemática y previsible en la trayectoria de la pareja.
Diarios de la calle
Puntuación: 2 estrellas.
 Estrenada de forma bastante discreta en nuestro país, Diarios de la calle (en inglés Freedom Writers) reconstruye un caso real en Los Ángeles de los años 90. Una idealista maestra comienza a dar clases en un instituto en una clase problemática llena de alumnos de diferentes bandas juveniles organizadas.
Sus ideas abiertas y tolerantes chocan contra una clase llena de adolescentes cuyo mayor deseo es llegar vivo a los 20 años y donde las tensiones entre unos y otros rozan la violencia en las aulas. La maestra, interpretada por una solvente Hilary Swank, idea fórmulas que la permitan ganarse el afecto de la clase y hacerles entender que son muchas más cosas las que unen a estos chicos frente a las que les separan.
Y para ello se valdrá de diarios donde anotan sus vivencias y comparaciones de sus desdichadas vidas con personajes como Anna Frank. Su entusiasmo la lleva a vivir difíciles momentos personales y a pluriemplearse para pagar a sus estudiantes los viajes educativos y los libros que el sistema educativo y los directores de su instituto se niegan a financiar.
Diarios de la calle es cine natural y auténtico aunque a veces la estética de la MTV, productora del film, se note más de la cuenta. La narración de la historia se mantiene en todo momento muy pegada a las historias reales de sus protagonistas. Pero algunos excesos sentimentaloides y la falta de hondura en los momentos clave impiden que esta película alcance el valor artístico de cintas como Mentes peligrosas y sobre todo Rebelión en las aulas, con las que tanto paralelismos guarda.
Lo mejor: La lectura positiva que se ofrece de la educación y el trabajo de Hilary Swank, que se empeñó en rodar esta historia.
Lo peor: Algunos excesos sentimentalistas, sobre todo en la historia matrimonial de la maestra, que desvirtúan el tono de la cinta.
El retorno de los malditos
Puntuación: 0.
 Lejos quedan los tiempos en los que la factoría creativa de Wes Craven nos regaló grandes títulos de terror (aunque estos se puedan contar con los dedos de la mano). Desde luego hay que tener valor y mucha caradura para rodar un lamentable experimento gore sin pies ni cabeza como Las colinas tienen ojos 2.
Cinta que aquí han llamado El retorno de los malditos. Un inciso: ¿Quienes son los malditos? ¿Los monstruitos deformes que viven en las colinas o los puñeteros militares tocahuevos que van a este desierto gigantesco de Nuevo México a hacer experimentos nucleares una y otra vez?
Llevado seguramente por la necesidad de hacer pasta y un fuerte agotamiento creativo, Craven nos regaló el año pasado un remake de Las colinas tienen ojos. Nada que objetar. La cinta moderna de Alexandre Aja ganaba en casi todos los aspectos a la original. Más intensidad, escenas mejores rodadas, mutantes con más profundidad dramática y el consabido mensaje político.
Precisamente por ese motivo, esperaba algo más de El retorno de los malditos, película que se conforma con ofrecernos un sádico espectáculo gore sin ningún tipo de argumento ni, lo peor de todo, imaginación. Sus guionistas parecen haber cobrado el salario mínimo interprofesional y se conforman con haber escrito dos escenitas intensas y adornar el resto del guión con tonterías previsibles, agujeros narrativos imposibles, violaciones a mujeres y sangre, mucha sangre.
Lo mejor: El militar asesinado que tiempo después aparece vivito, lleno de heridas y sin un ojo para suicidarse épicamente.
Lo peor: Que Wes Craven se preste a estas alturas a producir remakes que destruyen su legado artístico.
El novio de mi madre
Puntuación: 0.
 Ni la presencia de Michelle Pfeiffer tras un largo parón profesional ni el reclamo de una comedia romántica que se ríe de las teleseries juveniles son argumentos que puedan salvar de la quema a esta película –realmente un telefilme de la sobremesa del fin de semana que tienen el valor de estrenar a lo grande en los cines-.
Todo en esta película gira en torno al lucimiento personal y físico de la Pfeiffer. En primer lugar, la trama gira en torno a la realizadora de una mala serie juvenil sobre amoríos y rollos de institutos que se enamora –vaya usted a saber por qué- de un actor que a sus 29 años se hace pasar por adolescente en la serie.
La Pfeiffer, también pasadita de edad y de retoques en la cara para aparentar los 40 que dice tener su personaje, cae rendida a sus pies e inician la clásica relación ‘hoy te quiero pero mañana dudo de que lo nuestro tenga futuro para pasado caer rendida a tus brazos tras escena de amor maravillosa’.
Entre medias, una hija calcada a la de Pequeña Miss Sunshine con ilusiones de modelo incluidas y un divorciado marido copia de Homer Simpson que con sus torpezas hace lo imposible para que todo se vaya al traste. Un cocktail aderezado con un guión absurdo, plagado de chistes fallidos y situaciones que rozan el ridículo mental.
Lo mejor: Los chistes sobre botox y demás colágenos soltados por la envidiosa asistente de la Pfeiffer.
Lo peor: Que ella misma no se dé cuenta de que esos chistes parecen aludir de verdad a lo pasadita que anda de retoques.
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