14/07/07 sesión golfa por Iván Trash  

Iván Trash nos va a comentar regularmete sobre los próximos estrenos de cine.

 

 

 

Una Harry Meal muy hechita

Harry Potter y la Orden del Fénix

Puntuación: 2 estrellas

Harry Potter y la Orden del FénixNunca he sido un gran fan de la saga Harry Potter ni he sentido demasiado interés por los libros de J. K. Rowling, una señora que ha amasado una gran fortuna con este personaje de ficción. La primera y la segunda parte me aburrieron bastante aunque reconozco que me interesó la visualidad y concepción narrativa de esta historia de magos que viven casi de forma oculta en nuestra sociedad.
La tercera entrega, Harry Potter y el prisionero de Azkabán, dirigida por Alfonso Cuarón, marcó un nuevo camino estético y visual al adentrar al personaje de Rowling en un mundo sensiblemente más gótico, sinuoso y adulto. Era la primera vez que aparecía Lord Voldemort y Harry debía enfrentar los problemas de la adolescencia. La cuarta parte, El cáliz de fuego, era más de lo mismo, con menos gracia, potente estética y suficiente pirotecnia.
La fórmula se repite en la quinta entrega de las aventuras de Harry Potter, sólo que en esta ocasión parece que el guión ha sido mucho menos cuidado que en anteriores cintas. Nuevamente, Harry debe enfrentarse al poder de Lord Voldemort (el Bien y el Mal siempre confrontándose). Dirigida por David Yates, esta vez se plantea el proceso de aprendizaje de Harry en torno a tres conceptos: el valor real de la amistad, el autocontrol de cuerpo y mente y lo doloroso de amar.
El primero de ellos lo debe aprender nada más comenzar el quinto curso de la escuela Hogwarts. Al llegar, Harry es detestado por sus compañeros por los hechos acaecidos en la anterior entrega. Retraído, introvertido, Harry se escuda en sus fieles amigos pero saca fuerzas de su interior para crear un grupo de jóvenes magos que plante cara a la nueva profesora de Hogwarts, Dolores Umbridge (fascinante y divertida Imelda Staunton, una auténtica robaplanos). Umbridge es una enviada del Ministerio y llega dispuesta a controlar la escuela.
También debe conocer el autocontrol de cuerpo y mente. Primero, porque debe aguantar la tensión frente a Umbridge pero, sobre todo, porque Lord Voldemort quiere controlar la mente de Harry a través de un lazo secreto que une a ambos personajes y que aún no se hace público.
Y en tercer lugar, aprende que el amor también es dolor, sobre todo tras lo que sucede después del cacareado y muy publicitado primer beso del protagonista, que la verdad tampoco es para tanto.
Y decía que el guión es más desdibujado porque apenas si se adentra en los sentimientos amorosos de Harry (después del beso, esa trama es silenciada). Y porque se desaprovecha flagrantemente personajes como el interpretado por Helena Boham Carter. Ya sabemos que el libro original de Rowling es muy extenso y bastante prolijo, pero una cosa es condensarlo en un guión de cine y otra muy diferente esquematizarlo sin profundizar en nada. Porque eso cuenta la película, casi nada.

Lo mejor: El enfrentamiento entre Voldemort y Dumbledore. Y el magnífico trabajo de Imelda Staunton.

Lo peor: El guión carece de gracia, ritmo y no profundiza, conformándose con plantear situaciones aisladas y desaprovechando recursos.


Fast Food Nation

Puntuación: 3 estrellas

Fast Food NationEl viaje al interior proceso de industrial de producción de la comida de la cadena de restaurantes Mickey’s Fast Food Restaurant que inicia uno de sus ejecutivos de marketing, lo es también a los cimientos sobre los que se asiente el sistema económico liberal, mantenido a base de la explotación laboral, el agotamiento de recursos naturales y el abaratamiento de costes.
Esta ficticia historia nos plantea tantas y tan abrumadoras cuestiones que uno sale del cine realmente acongojado por la falta de escrúpulos de quienes mandan en empresas como esta cadena de hamburgueserías. Algo que, no por conocido, deja de ser preocupante. Sobre todo cuando ves que lo peor que le puede pasar a la hamburguesa no es que el dependiente del restaurante la maneje sin las mínimas condiciones de higiene.
Lo que este ejecutivo nos enseña a través de sus ojos son vacas engordadas indiscriminadamente, inmigrantes explotados sin piedad, mataderos asquerosos, carne contaminada y, eso sí, hordas de gente frente a las sucursales de la cadena. Como dice Bruce Willis, “todos debemos acostumbrarnos a esta mierda de vez en cuando”.
El director Richard Linklater, uno de los directores independientes que ha logrado mantener tal estatus, se rodea de un plantel de secundarios extraordinario (entre ellos Catalina Sandino, Kris Kristofferson, Avril Lavigne, Patricia Arquette o Ethan Hawke) para cargar no sólo contra una de las industrias emblemáticas de Estados Unidos, la de las hamburgueserías, sino también para advertir de las trampas y brutalidades de un sistema liberal en el que sólo importa el dinero.

Lo mejor: Que la película vaya más allá de una crítica fácil a las cadenas de comida rápida.

Lo peor: Quizá alguna caída de ritmo y el hecho de que tantos secundarios conocidos puedan provocar desatención al mensaje central.


Red Road

Puntuación: 3 estrellas

Red RoadRed Road es la primera parte de una trilogía llamada Advance Party, idea diseñada por los anteriores directores ‘dogma’ Lars Von Trier, Lone Scherfig y Anders Thomas Jensen. La idea es que tres directores diferentes cuenten una historia sobre un mismo personaje al que pueden moldear a su antojo siempre que cumplan una serie de normas, menos estrictas de las que cimentaron el movimiento Dogma 95.
A saber: deben ser filmados digitalmente, en localizaciones ubicadas en Glasgow durante seis semanas y usando los nueve personajes (y a todos los actores que los interpretan) ideados por los guionistas daneses Lone Scherfig y Anders Thomas Jensen.
Se puede desarrollar su pasado, incluso crear relaciones de parentesco entre ellos, pueden tener buenas o malas costumbres, y también es posible añadir personajes secundarios. El objetivo es dar a conocer a nuevos directores europeos.
En esta primera entrega es la británica Andrea Arnold la que debuta con un brillante drama que nos somete a un interesante juego de espejos entre la protagonista, una empleada del Ayuntamiento de Glasgow que se pasa el día vigilando a través de cámaras de seguridad, y la sociedad que observa ejerciendo los mismos cortes y aplicando los mismos zoom que una directora de cine.
Este ejercicio de voyeurismo, representado en un inteligente uso narrativo de los monitores, se acrecienta con la soledad irreversible que padece esta mujer inadaptada y gris, que se rompe cuando un día ve en uno de los monitores a un hombre al que creía no volver a ver nunca y no tarda en enterarse de que ha salido de la cárcel antes de tiempo por buena conducta. Os recomiendo que no os la perdáis.

Lo mejor: La economía de recursos y el planteamiento narrativo del film son de una suma eficacia.

Lo peor: Pierde algo de fuelle cuando descubrimos el conflicto que asola al ex preso.

 

 

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