Última actualización: 09/03/07 sesión golfa  

Iván Trash nos va a comentar regularmete sobre los próximos estrenos de cine.

 

 

 

Así en el cielo como en la tierra

Teresa, el cuerpo de Cristo
Teresa, el cuerpo de CristoTengo un problema con esta biografía fílmica de la fundadora de las Carmelitas Descalzas. Y ese problema es que no me trago en ningún momento a Paz Vega en la piel de Santa Teresa de Jesús. No le quito mérito al enorme esfuerzo interpretativo que la actriz sevillana pretende hacer. Pero no me creo a esta chica tan mona y moderna en un papel como este.
A mí Ray Loriga, director y guionista de esta cinta, me cae estupendamente y creo que su muy meritoria Teresa, el cuerpo de Cristo hila muy fino con un personaje cuya mística me resultaría extremadamente difícil de plasmar en imágenes. Loriga compone los fotogramas retomando la tradición pictórica de los siglos XV y XVI. Ver esta película es pasearse por delante de cuadros de Murillo, Ribera o Velázquez contemplando los clarosocuros de una España de sacristía que veía herejes en cada esquina.
Son precisamente la fotografía (del maestro José Luis Alcaina) y el fastuoso vestuario (a manos de la japonesa Eiko Ishioka ,ganadora de un Oscar por Drácula, la versión de Coppola) los puntos fuertes de esta historia valiente que nos muestra a una Santa Teresa desbordante de amor que se abraza desnuda a Cristo en su intimidad para alcanzar la perfección en un mundo terrenal que paradójicamente no le interesa.
Pero al guión, arriesgado por hablar de misticismo en tiempos de materialismo, le falta fuelle, garra, intensidad, complejidad y le sobran algunos personajes secundarios que no terminan de ser el espejo por el que veamos retratada a Santa Teresa. Secundarios que además contribuyen a desvirtuar esta historia que por un momento amenaza hasta con convertirse en thriller y termina en amago de ‘biopic’.
Teresa, el cuerpo de Cristo se queda en tan sólo un buen intento por arrojar algo de luz a un personaje profundamente ignorado en nuestro país. Le doy: 2 estrellas.


 

Invisibles

InvisiblesTras una visita a los campamentos de malaria en Etiopía junto a Médicos Sin Fronteras, Javier Bardem sintió la necesidad de aportar un granito de arena para que el mundo no hago oídos sordos a determinados dramas humanos que pasan casi inadvertidos ante la opinión pública. Tras estudiar algunas alternativas, Bardem se lanzó a producir cinco documentales que reflejaran otros tantos dramas humanos que afectan a estos seres humanos ‘invisibles’ ante el mundo.
Y su realización se la encargó a otros tantos directores que han logrado un trabajo portentoso, coherente, conmovedor del que uno sale con la sensación –más aún- de vivir en un mundo de mierda. Pero también con la esperanza de que quizá algún día estas víctimas del silencio dejen de padecer la peor de las injusticias: el olvido.
En lo social, sólo puedo aplaudir acciones como ésta que, lamentablemente, pasarán inadvertidas ante los ojos de millones de espectadores por falta de interés en los exhibidores de cine o en el espectador palomitero medio.
En lo fílmico debo decir que todos los directores (Isabel Coixet, Wim Wenders, Fernando León de Aranoa, Mariano Barroso, Javier Corchera) realizan una labor magnífica y ejemplar, sobre todo si tenemos en cuenta las enormes dificultades que sufrieron (falta de medios, zonas casi incomunicadas, pocos días para la realización…).
De la improvisación, las prisas y el compromiso con el terreno que pisaban salen estos cinco documentales. Es injusto destacar a unos directores sobre otros, pero lo cierto es que los documantales de León de Aranoa y Wenders son pequeñas obras maestras del género.
Isabel Coixet se centra en a enfermedad de chagas que se contrae en las chabolas bolivianas por culpa de un insecto. Su óptica es innovadora ya que narra el drama desde la óptica de una inmigrante en España.
Wim Wenders narra las violaciones a mujeres y la ausencia de derechos humanos que acontece en la guerra civil de Congo. Fernando León de Aranoa se adentra en un campamento donde niños de Uganda encontran cobijo por las noches para evitar volver a ser atrapados por el ejército rebelde del norte y ser convertidos en niños-soldado.
Mariano Barroso habla del nulo apoyo concedido por la industria farmacéutica y los gobiernos en la erradicación de la enfermedad del sueño, que afecta especialmente a la República Centroafricana y se propaga mediante la famosa mosca tse-tsé. Y Javier Corchera vive junto a unos campesinos exiliados colombianos el regreso a la tierra que tuvieron que abandonar expulsados por la guerrilla.
Los documentales son contados en primera persona, de forma directa y descarnada. Concediendo todo el protagonismo a los ‘invisibles’.
Invisibles es un documental necesario, valiente, que recoge historias que tendrán vigencia mientras en el mundo haya gente que no tenga los más mínimos derechos humanos. Le doy: 4 estrellas.

 


El velo pintado

El velo pintadoSe estrena esta nueva adaptación de una de las novelas de William Somerset Maugham más célebres. El velo pintado nos retrotrae a los grandes dramas románticos de directores como James Ivory y está eficazmente dirigida por John Curran. En sus papeles protagonistas encontramos a dos actores en perpetuo estado de gracia: Edward Norton y Naomi Watts.
La acción se sitúa en los años 20 del siglo pasado. Una joven pareja que acaba de casarse escapa de su entorno social tras aceptar Water, un prometedor médico, un trabajo en Hong Kong. Al poco tiempo de su llegada, Walter descubre que su mujer, Kitty, está viviendo una aventura con otro hombre. Para alejarla de él y rehacer su vida matrimonial, decide trasladarse a una región interior de China. Una historia de amor obsesivo cuyo final nos habla de la redención y el perdón por encima de las faltas cometidas.
El velo pintado tiene dos puntos fuertes que convierten esta cinta en un interesante drama romántico, quizá de los mejores en los últimos tiempos. En primer lugar, la fotografía. Simplemente deslumbrante y embriagadora. Y en segundo lugar, las interpretaciones de Norton y Watts que saben dar complejidad y emoción a dos personajes que en la adaptación cinematográfica no quedan tan bien perfilados como en la novela.
Y llegamos entonces al principal fallo. El guión es muy inferior a la novela, y casi diría que se salva por los pelos si lo comparamos con la otra versión anterior de esta película, que data de 1934. No tiene la intensidad psicológica, las triquiñuelas emocionales, el dolor vital de la novela original de Somerset Maugham. Y esto provoca llamativas caídas de ritmo en su metraje.
Con todo estamos ante un gran título para un aburridísimo fin de semana en el que se estrenan muy pocas películas que pasarán para la posteridad.
El velo pintado tiene en la fotografía y sus actores los principales alicientes para ser considerado un magnífico drama romántico. Le doy: 3 estrellas.
 

 



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