07/09/07 sesión golfa por Iván Trash  

Iván Trash nos va a comentar regularmete sobre los próximos estrenos de cine.

 

Mejor con mi videoteca

La Jungla de Cristal 4.0

Puntuación: 1 estrella

La Jungla de Cristal 4.0Cada vez es más evidente que los grandes estudios de Hollywood están renunciando a asumir riesgos creativos para centrarse en la rentabilidad urgente obtenida mediante el alargamiento hasta la extenuación comercial de cualquier éxito surgido en tiempo pasado, que no siempre fue mejor como decía la canción.
Y por eso sagas protagonizadas por personajes como Rocky, Rambo, Freddy Kruger, Batman o Indiana Jones, por citar algunos ejemplos, están resucitando con un vigor juvenil que ya quisiera para mí.
En esta ocasión es el chulesco detective John McLane quien se apunta a la moda del ‘autoremake’. A punto de cumplirse 20 años desde el estreno de la primera parte de La Jungla de Cristal, Bruce Willis se mete de nuevo en la piel de este policía con la extraña habilidad de sobrevivir a los más despiadados planes para salvar a su país.
Luciendo brillante calva y con el efecto del paso de los años bastante evidente en su rostro (y en su agilidad y forma física, todo hay que decirlo), Willis debe enfrentarse en La Jungla de Cristal 4.0 a una banda terrorista que provoca un caos total en Estados Unidos en pleno día de la Independencia (¡el 4 de julio, como no!).
Si en la primera parte fue un grupo terrorista el que retenía a ejecutivos de una empresa en un rascacielos, luego un aeropuerto en la segunda y posteriormente en la tercera entrega una cadena de bombas en Nueva York, esta vez son los piratas informáticos, los ‘hackers’, los malos de la película.
Para los amantes del punzante sentido del humor de ‘McLane pasaba por allí’ y fans irredentos de la acción pura y dura, La jungla de cristal 4.0 ofrece las mismas claves repetidas ya en la saga. De hecho, la escena del ascensor es un homenaje a la primera, la del ala de avión ya salió en la segunda y el hecho de que un locuaz compañero acompañe a McLane ya sucedió en la tercera.
Sólo que esta vez da la sensación de que más que nunca sus autores han invertido todo el potencial narrativo en crear espectaculares escenitas de acción, confiando el resto del éxito a las ‘gracietas’ mil veces vistas ya de Willis.
Durante dos horitas y diez minutos, vemos persecuciones, explosiones, peleas y tiroteos espectaculares en un producto de entretenimiento muy pasado de pirotecnia, de metraje pero que inmediatamente se olvida al salir del cine. Hay algunos momentos divertidos, pero se echa en falta que la película se tome menos en serio a sí misma. Eso evitaría que algunos efectos especiales y secuencias de persecución parecieran tan llevadas al límite de la verosimilitud que pareciera que, más que de los terroristas, McLane se esté cachondeando de la propia inteligencia del espectador.
Sinceramente, si os gusta la buena acción, invertir mejor en El ultimátum de Bourne antes que en ver ésta.

Lo mejor: Que no defraudará a los seguidores de la saga.

Lo peor: ¿Argumento? ¿Qué argumento?


Tocar el cielo

Puntuación: 1 estrella

Tocar el cieloTenía ciertas esperanzas en el nuevo trabajo del director argentino Marcos Carnevale, que hace un par de años estrenó una tierna historia de amor en edad tardía: Elsa y Fred. Sobre todo me llamaba la atención porque ha repetido el primer puesto alcanzado en las taquillas de su país con esta comedia dramática coral titulada Tocar el cielo.
La decepción no ha podido ser mayor. Tocar el cielo es una fallida, plana, liosa y áspera cinta que me provocó un curioso efecto: los dramas me dieron risa y la supuesta comedia, bastante vergüenza ajena.
Todo comienza con una pandilla de amigos de Buenos Aires y Madrid que tiene como ritual lanzar un globo con un deseo en la medianoche del 31 de diciembre. Con esta excusa, nos introducimos en sus vidas con la sensación permanente de estar viendo todo el rato un capítulo piloto alargado de una telenovela barata cualquiera: una madre que no puede tener hijos y encuentra una madre de alquiler; su marido, un huérfano que se ha casado con ella para arreglar sus papeles y es un mujeriego emperdenido; el padre anarquista que liga con jovencitas y odia a su hijo porque se piensa que es del PP; la abuela arisca y millonaria que no se habla con los hijos...
Es que ni el esforzado trabajo de alguno de los intérpretes, que se piensan todo el tiempo que está rodando una película tipo Magnolia, la saca del abismo. ¡Pobre Betiana Blum que se cree Marisa Paredes en Tacones Lejanos! Una pena.

Lo mejor: Betiana Blum y China Zorrilla, dos grandes damas argentinas que no se merecen esto.

Lo peor: El confuso guión, que parece el capítulo piloto de una telenovela.


Sesión Golfa Rewind
Quiero la cabeza de Alfredo García (1974)

Puntuación: 4 estrellas

Quiero la cabeza de Alfredo GarcíaComo los estrenos de esta semana dan bastante pena, somos nosotros quienes decidimos estrenar algo, en esta caso esta modesta subsección que recupera además el original espíritu cinéfilo de las míticas ‘sesiones golfas’.
Aprovechando que se acaba de estrenar Death Proof, os recomiendo que os acerquéis a la irregular pero muy peculiar filmografía del director Sam Peckinpah, al que tanto debe Quentin Tarantino, sobre todo en lo crepuscular de algunas de sus historias.
En concreto intentar si podéis recuperar en DVD la que puede ser la cinta más singular y excéntrica de la breve filmografía de ‘Bloody’ Peckinpah: Quiero la cabeza de Alfredo García. El punto de partida argumental es sencillo: un rico hacendado mexicano (interpretado por cierto por otro gran director, Emilio ‘Indio’ Fernández) descubre que un antiguo colaborador suyo ha dejado embarazada a su hija y ofrece un millón a quien le traiga su cabeza.
Se inicia así una caza por todo el país que va parar a un prostíbulo de la Ciudad de México donde un pianista ‘yanqui’ (interpretado por Warren Oates) tiene la pista final para localizar a Alfredo García. Los sicarios le piden que remate el encargo y le pagarán por ello 10.000 dólares.
Pero lo que se iba a convertir en un plácido viaje por México y en el inicio de una nueva vida, acaba transformándose en una asfixiante espiral de violencia y venganza, en una turbadora y acertadísima reflexión acerca de cómo la violencia engendra más violencia, un tema muy recurrente en el cine de Peckinpah.
Junto a ello emerge otro aspecto también muy presente en su cine: la gran mentira del sueño americano. El protagonista es un clarísimo perdedor que se autoexilia en México para entregarse a los autodestructivos placeres mundanos. Vive en una mugrienta casa, trabaja como pianista en un repugnante prostíbulo y aspira a casarse con su novia, una de las prostitutas, consciente de que esa esperanza última esconde sufrimiento a la vuelta de la esquina.
Peckinpah pone en pie un western a la mexicana en el que no faltan persecuciones en coche, violaciones, sangrientos tiroteos, sexo y toques de surrealismo que evocan a autores como Buñuel.
Dotada de un indolente humor negro, Quiero la cabeza de Alfredo García es una desasosegadora historia en la que todos los personajes deben luchar por la supervivencia de forma encarnizada. Como en Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Kill Bill...

Lo mejor: Desde la ‘aparición’ de Alfredo García, la película no da cuartel al espectador.

Lo peor: Alguna caída de ritmo en la primera parte.

 

 

 

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