01/06/07 sesión golfa por Iván Trash  

Iván Trash nos va a comentar regularmete sobre los próximos estrenos de cine.

 

 

 

Buen cine español al fin

La caja

Puntuación: 4 estrellas.

La cajaHa hecho falta medio año para que se estrene por fin no una sino dos películas españolas imperecederas, perspicaces, luminosas, de esas que nos devuelven la fe en el cine patrio, que contribuyen a abrir nuevos horizontes narrativos en esta acartonada ¿industria? o que bucean con agudeza en nuestra intrahistoria fílmica para actualizar algunas de las materias narrativas que la han hecho universal.

El debut en la dirección del canario Juan Carlos Falcón es de estas últimas. Bajo el polivalente y polimorfo título de La caja se esconde una excepcional y delirante comedia negra que bebe mucho del esperpento sociológico que maestros como el tándem Azcona- Berlanga elevaron a la quintaesencia en multitud de títulos inolvidables, pero que además tiene reminiscencias al mejor cine de Almodóvar (el de su irreverente primera etapa) y la atmósfera opresora y agobiante de las tragedias lorquianas. Es la comedia que muchos directorcillos de medio pelo se empeñan una y otra vez en rodar sin ninguna gracia.

Ambientada en las islas Canarias de los años 60, el protagonista de esta historia –aunque no tenga una sola línea de guión- es Don Lucio, una suerte de Bernardo Alba que durante varios años ha aterrado a los vecinos de un barrio periférico muy humilde. Su repentina muerte sirve como excusa para que un grupo de mujeres saque a la luz toda la mierda que este tipo almacenó durante toda una vida de represor.

Mientras la dolorida viuda de Don Lucio (Ángela Molina) intenta rebuscar algo de dinero para pagar siquiera el funeral, sus vecinas (Elvira Mínguez, Antonia San Juan, María Galiana) sacan a flote todo el veneno almacenado en sus venas durante años.

Ni el desliz cubano del final ni la excesiva teatralidad de la propuesta escénica restan mérito final a esta hilarante comedia negra con excelente reparto y que atesora algunas escenas de altura para la historia del cine español (¡la lengua que se come el gato o la del almirez de Antonia San Juan son tan bestiales!).

La caja es una pequeña gran joyita que os recomiendo que vayáis corriendo a ver al cine porque su distribución ha sido muy pequeña y me temo que durará poco tiempo (en Madrid sólo 5 cines la programan). Estamos ante la mejor ópera prima de este año y ante un director con madera suficiente para hacer grandes cosas.

 
Lo mejor: La mordacidad de un gran guión, que no produce desinterés en ningún momento.

Lo peor: La excesiva teatralidad escénica y el giro romántico final. 


La soledad

Puntuación: 4 estrellas.

La soledadLa desoladora La soledad es la confirmación de que Jaime Rosales es uno de los directores españoles más a tener en cuenta en los próximos años por su radical, experimental e innovadora concepción del cine.

Hace tres años nos regalaba una estupenda obra maestra que –como suele pasar en nuestro país- pasó sin pena ni gloria por la cartelera. Me refiero a la excepcional Las horas del día, un hiperrealista acercamiento a la frialdad emocional basada en un tipo vulgar, de vida rutinaria y anodina, que un buen día decide comprobar qué se siente matando a otra persona. Os recomiendo que recuperéis en dvd este película con indudables referentes a la nouvelle vague.

Ahora, Jaime Rosales estrena La soledad tras su paso por Cannes, festival en el que le idolatran tanto como para haber podido estrenar allí sus dos películas. En esta historia, que mereció excelentes críticas en el pasado certamen, el director catalán abre nuevos caminos en la forma de narrar historias mediante un sistema que ha llamado ‘polivisión’.

Sobre formato scope, Rosales propone una ruptura de la convencionalidad basada en la división en dos mitades de la pantalla para ofrecernos una doble perspectiva física y emocional del mismo drama que afecta a las dos protagonistas, Adela y Antonia. Dos historias sin relación aparente pero con interconexiones fortuitas.

Al principio puede resultar algo desconcertante este doble plano rodado siempre con cámara fija, pero sólo os diré que ese perfecto engranaje es el que da el sentido completo y sus diferentes enfoques a una película cuidada y esmerada que me llevó a reflexionar y a posicionarme sobre tragedias como un atentado terrorista, una enfermedad terminal o las relaciones familiares

Pero también nos enfrenta ante el mayor de los dilemas que afecta al hombre moderno y al que ya hace referencia el mismo título. Es decir, lo genial que puede ser la soledad autoimpuesta (aunque muchos se nieguen a reconocerlo) y lo aterradora que puede ser esa misma soledad cuando es involuntaria (y las reacciones de huida que provoca).

 

Lo mejor: La estructura narrativa, que concede toda la importancia a la historia.

Lo peor: Que esta cinta ‘rara avis’ en nuestro cine eche para atrás a mucha gente. Ir a verla, por favor. 


Black Snake Moan

Puntuación: 1 estrella.

Black Snake MoanAcudí a ver Black Snake Moan algo desconcertado por el confuso cartel que nos presenta a un harapiento Samuel L. Jackson sosteniendo de una cadena a una Christina Ricci que gatea insinuante por el suelo. A este interés se añadió una sinopsis dramática ciertamente provocadora: un antiguo músico de blues, abandonado por su mujer, encuentra a una chica adicta al sexo golpeada junto a su casa y para ayudarla a recobrar el buen camino le ata con una cadena al radiador de su casa.

Vista así, pensé que podría tratarse de una excelente historia pulp o al menos cine de serie B inteligente y logrado. El chasco fue mayúsculo. Las constantes alusiones a la fe y la redención religiosa, la falta de humor que se basa sólo en lo grotesco de sus diálogo y un final que se regodea en la moralina y la esperanza romántica me dejó clavado en la butaca.

Samuel L. Jackson y Christina Ricci se limitan a moverse por el escenario como dos almas en pena, la dirección es absurda y el personaje que interpreta Justin Timberlake es absurdo. Todo ello aderezado por algunos temas blues, que el director, Craig Brewer, usa aquí como elemento redentor a semejanza de lo que sucedía con el hip-hop en la aburridísima (y oscarizada) Hustle & Flow.

Lo mejor: Hacía tiempo que no veía un personaje tan autodestructivo como esta muchacha adicta al sexo y las drogas.

Lo peor: Que en sus casi dos horas de duración apenas si hay un par de momentos interesantes en un guión que ahonda en el humor más chabacano.

 



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