Aranda de Duero (11 al 14 agosto 2011)
-- 12/08/2011 --
Llegamos a Aranda el viernes con la mente puesta en un cartel que deseábamos aprovechar razonablemente al máximo, aunque sin llegar a saturarnos con tanta oferta de grupos, ni caer rendidos por el cansancio de sesiones maratonianas. La expeditiva resolución del trámite de las acreditaciones nos puso en la pista de la aceptable organización del festival, que se vio confirmada a lo largo de la noche por la estratégica disposición de los dos grandes escenarios (Heineken y Ribera), y la milimétrica coordinación de las apariciones de las principales formaciones, que nos permitió compaginar sin excesivos problemas las actuaciones de los distintos grupos elegidos para cada día, y de los artistas aún por descubrir. El prometedor comienzo lo puso el pop-rock vibrante y enérgico de Los Campesinos, con bastante público disfrutando visiblemente de la amigable puesta en escena de los de Cardiff, con un cantante muy activo y entregado, arreglos de violines e interesantes coros femeninos, aunque tan sólo su arrollador hit “You! Me! Dancing!“ logró hacer enloquecer literalmente a los congregados. Tras degustar las buenas maneras de los maños Tachenko, aún de día, tomamos un respiro de los escenarios repartiéndonos entre la animada sesión de DJs del pequeño espacio artístico, y las propuestas de la carpa Future Stars, antes de afrontar la extensa recta final de la noche, con cuatro actuaciones muy esperadas. Si la propuesta rockera de tintes étnicos de los gallegos Catpeople no nos dejó indiferentes, el impacto de la noche vino a cargo de Second, que facturaron un directo impecable presentando su nuevo disco “Demasiado soñadores”, con un halo épico que evocaba gratamente a Danza Invisible, ante un público ferviente que se entregó boquiabierto a los ritmos electrónicos que los murcianos regalaron al final del concierto, como queriendo anticipar la intensa sesión de baile en que se convirtió la actuación posterior de Delorean, que, envueltos en una abrumadora espiral de luz y sonido, dieron merecida cuenta de lo mejor de “Subiza” y de hits anteriores. La gesta audiovisual de los vascos debía haber sido el broche ideal de esta primera velada, ya que las expectativas del numerosísimo público congregado en torno a Dorian se vinieron abajo con los escasos 40 minutos en escena de los barceloneses, que, tras varios himnos muy coreados, arruinaron su concierto con una irritante y extenuante prolongación de “La noche espiral“, propiciando además una absurda irrupción de fans en el escenario, sin que el recurso final a “Tormenta de arena” sirviese más que para retirarnos a descansar con una pequeña aunque forzada sonrisa en los labios.
-- 13/08/2011 --
Emprendimos la jornada del sábado con la curiosidad de comprobar si La Orquesta Poligonera, el supergrupo formado, entre otros, por Iván Ferreiro, Coque Malla, Guille Mostaza, Santi Capote, Annie B Sweet y los tres chicos de Lory Meyers, resultaba un experimento tan extravagante como su nombre o una locura maravillosa a la altura del enorme talento artístico de sus heterogéneos integrantes. Sin saberlo, asistíamos con sorpresa y aflicción a la despedida de esta banda, con una puesta en escena muy emotiva, que con versiones de Family, Radio Futura, Ellos, Los Piratas o Alaska y Dinarama, lograron echar abajo el recinto, pudiendo haber puesto perfectamente el broche a un festival como símbolo del ayer, hoy y mañana del indiepop nacional. Algo conmocionados por esta pérdida, intentamos recuperar el ánimo con la intensidad y la entrega de La Habitación Roja, que siguen ganando enteros en cada aparición, con temazos como “Febrero”, “Van a por nosotros” o “El eje del mal”, que me hacen respetarlos y admirarlos cada vez más. Listón alto el que dejaron los valencianos para Supersubmarina, correctísimos en su interesante repertorio, capaces de levantar con facilidad a un público que coreaba sus preciosas letras con pasmosa disciplina y devoción, y también para Nadadora, que acabaron ahogados por la excesiva potencia del sonido dentro de la carpa Future Stars. El inesperado adelanto de la actuación de Shout Out Louds, no reflejado en el programa impreso, nos dejó fuera de juego, y propició muchos huecos en el concierto de uno de los grupos más exquisitos de la programación. Por suerte, pudimos disfrutar de la mayoría de sus temas, sin que su sobria estética entre hippy y country impidiera que la noche se impregnase del nostálgico aroma a The Cure que desprenden la seductora voz y la magia de las melodías de estos entrañables suecos, que acabaron desatándose con su himno “Tonight I have to leave it“ como momento más álgido de su set, y uno de los más memorables del festival. Así que al final, correspondió a Rinôcerôse cerrar nuestra noche en animada sesión de baile, con la potente y electrificante descarga rockera de esta formación francesa.
-- 14/08/2011 --
El descanso del domingo se vio algo alterado por el horario de los conciertos fuera del recinto del festival, ya que entre el bullicioso y animado ambiente del casco antiguo nos esperaba la curiosa experiencia de un aperitivo dominical en el motor de un autobús con los madrileños Cohete, que presentaron algunos de sus nuevos temas montados en el escenario Red Bull. Una interesante visita turística y gastronómica por Aranda llenó el lapso de tiempo hasta los conciertos de la tarde-noche. El sol de justicia de las 19:30 no fue obstáculo para que el concierto de Ellos registrara una más que respetable afluencia de fans. El obligado repaso a los estandartes de “Cardiopatía severa” junto a algunos de sus clásicos imperecederos (“Nada más puro”, “Diferentes”, “El anillo”) fue su fórmula para salir indemnes del formato de 40 minutos, ideal para mantener emocionado y vibrando al público del festival pese a lo intempestivo de la hora, ayudados por el consabido final apoteósico con “Lo dejas o lo tomas”, que va camino de convertirse en su joya de la corona. Hasta se permitieron el lujo de tocar “He vuelto” en medio de tanto himno. Mucho Guille… Pasé media tarde intentando obviar lo imperdonable de que el grupo nacional más efervescente y arrollador del festival no cerrase una de las noches en alguno de los escenarios principales. Satisfechos con el rock enérgico de Idealipsticks y maravillados con el sorprendente pop-folk festivo, bailable y comprometido de Hidden Cameras, entretuvimos sobradamente la espera hasta el concierto de La Bien Querida, expectantes por confirmar si el escenario Ribera le quedaría o no grande a su pop intimista. Bien arropada por su banda, la bilbaína tuvo al auditorio coreando sus temas con los vellos de punta, debatiéndonos entre la vulnerabilidad emocional a la que te arrastran sus baladas, y la entrega contenida en los temas más movidos (“Hoy”, “Pequeños tamarindos”, “Corpus Christi”, “9.6”). Con las defensas derribadas nos acercamos a ver a Montevideo, que mantuvieron la sensibilidad a flor de piel con sus temas de “Vértigo y euforia” y otros de su etapa en Jabalina, emocionantes e intensos a partes iguales, ante un público incondicional que reclamaba la ascensión de los sevillanos al escenario principal. Quizás la apoteósica exhibición de “Orillas plutonianas” haga tomar nota a la organización para un futuro. Con la espectacular y demoledora actuación de Cycle, que repasaban en exceso sus temas más recientes (lejos sin embargo del magnetismo de sus comienzos), pusimos la merecida guinda electrónica al evento, sin fuerzas para nada más. Regresé a Madrid cansado aunque pletórico, con la voz rota, con 10 años menos en el espíritu, y 10 kilos más… de felicidad.
DJ Farrow
Ver recomendación del Festival escrita por DJ Farrow en Julio 2011 |