El éxtasis de Keane en el Festival SOS 4.8 de Murcia

Tony Tornado nos narra todos los detalles de un festival en el que también participaron Klaus&Kinski, Duffy o Russian Red

El festival SOS Levante 4.8 celebrado en el recinto ferial de la Fica en Murcia durante el pasado puente de Mayo se vertebró sobre unos principios muy loables en estos tiempos que corren: ecología, reciclaje y sostenibilidad. Pero no nos engañemos. Se trataba de un festival y ya sabemos que los estragos del alcohol nos hacen perder los papeles, y los vasos de plástico y todo lo demás…
Aun así, lo que más me llamó la atención es la fantástica organización, el orden y sobre todo, el buen rollo que se respiraba durante los dos días que duró el evento. Porque el aglutinar a targets de público tan distintos puede dar lugar a encontronazos una vez avanzada la noche. Pero nada más lejos de la realidad. En sus tres escenarios se repartieron propuestas de lo más variopintas sin llegar a chocarse entre ellas.
El viernes arrancó con unos Klaus & Kinski en estado de gracia, congregando a su fanbase murciana y a muchos que todavía no habíamos podido disfrutarlos en directo. Para mí el adjetivo que define este grupo es delicioso. Todo entra muy suave y se acordaron de saludar a todos los que no éramos de allí haciendo un repaso a la geografía española. Su versión de “Ritmo de la noche” es un jitazo a reclamar todas las noches que sales de marcha desde YA.
Una  vez metidos en harina festivalera nos acercamos a ver cómo Maxïmo Park nos destrozaban los oídos con un directo totalmente sobrevalorado por la crítica. Como ellos en definitiva.
Así que nos acercamos al Igloo bar, donde disfrutamos de Emma Jean Denée Dj, una de las integrantes de la Red Bull Music Academy, que me parece una de las propuestas más grandiosas: formar a djs para llevártelos de gira todo patrocinado por la bebida más maquinera que haya. A pesar de ser el recinto más pequeño de todo el festival, el Igloo Bar siempre tenía musicón. Era pasar por allí y quedarse a bailar un ratito, además de servir de fantástico Meeting Point.
El punto fuerte del viernes era Duffy. Pero yo no he terminado de creerme nunca esa imagen de frígida mojigata. ¡Qué bien hice! A quien pudimos disfrutar fue a una Duffy muy sexy, muy juguetona y muy entregada al público con un montaje muy sesentero que funcionó muy bien y con un repertorio que nos encandiló a todos. Para mí el punto álgido fue verla interpretar “Steppin’ Stone” fumando, muy en plan pasota.
De ahí pasamos al arrabalerismo de los Babyshambles con un Pete Doherty menos colocado de lo que cabría esperar, pero aun así puesto hasta las cejas, como delataba su mirada perdida. Qué difícil es a veces mantener los mitos y tener al público contento. Como grupo nunca me convencieron pero me sorprendió que su directo estuviera más arraigado en el Punk que en el Rock (porque el Brit Power Pop ya no existe, ¿verdad?), lo que imagino que me condicionó para luego darlo todo en The Prodigy.
The Prodigy siguen viviendo de los réditos de “The Fat Of The Land”, básicamente, aquel mítico disco que nos marcó a finales de los noventa. Y parece ser que siempre hay gente que no se cansa de la misma fórmula: abrazos garrulos, camisetas quitadas, botes endiablados y bien de litronas. El techno hooliganismo. ¡Y qué bien viene darlo todo durante una hora sudando como cerdos!
En un festival hay que ser cautos y reservar siempre energía para el día siguiente. Pero yo quería que me gustara Peaches, quería meterme en su rollo electroclash de provocación Putilatex tan 2006 pero no, mira, no.
No me convencieron sus tutús, ni su bombilla en todo el chirli (¡guau, qué innovador!) ni su nula voz ni su pretensión mandándonos a paseo. Al menos conmigo lo consiguió…

El sábado dudé entre acudir a las ponencias, las exposiciones o aprovechar el día de sol vagueando. Así que bien descansado (es decir, opción 3) me preparé a entregarme al SOS. Russian Red era nuestra primera parada. Y así no hay quien despierte de la siesta.
Es muy loable que una artista novel “triunfe” sin Vale Music por detrás ni ninguna mercadotecnia como apoyo pero es que el boca a boca (o las cadenas de mails) lo es todo en nuestros días.
El Igloo sí me puso las pilas para los gran Keane. Que aparte de sus primeros discos muy de ponerte triste y melancólico aunque hayas pasado el día en el parque de atracciones han firmado “Perfect Symmetry”,  uno de los trabajos más redondos del pop de fácil ingestión últimamente. Empezaron con “The Lovers Are Losing” y fueron encadenando hit tras hit sin parar de meterse al público en el bolsillo con versiones más movidas de sus temas y sobre todo con el gran esfuerzo por parte del cantante de hablar en español, más allá de las 4 chorradas típicas que suelen soltar: aquello eran verdaderas frases! Casi todo el festival estaba congregado ante ellos y la reacción del público fue muy positiva, in crescendo.
Los siguientes en aparecer fueron Underworld. Aplíquese aquí casi lo mismo que para The Prodigy. Son el techno hecho mainstream… Lo cual no quiere decir que todos los poqueros de Levante no lo disfrutaran como nunca. Bueno, he de admitir que yo llevo un alma de bakala dentro y también me lo pasé en grande.
El fin de fiesta lo ponían 2Many Dj’s, los tíos más locos del mundo, los que consiguen que Nirvana y Beyoncé suenen bien mezclados: los inventores del bootleg.
No quería sin embargo dejar de volver a ver a Ladyhawke, que me había dejado con un síndrome de (asperger) falta de algo en su visita a Madrid. En aquel momento achaqué su falta de voz y de empatía con el público al local y a su enfermedad pero he de reconocer que estaba equivocado: Lady halcón tiene uno de los peores directos del mundo. Así que no tuve más remedio que entregarme a la rave en la que se había convertido el escenario donde 2Many Dj’s estaban subiendo el nivel con cada nuevo tema que remezclaban.
El SOS, de seguir por este camino, podría convertirse en uno de los festivales punteros de España (y del extranjero, porque la cantidad de guiris que había era increíble) con unos precios asequibles, muchos sitios para comer, nada de colas para beber, unos baños limpios (¡¡!!) y un cartel de lo más atractivo.
Yo ya he decidido repetir el año que viene. Poco importa quien venga….

Tony Tornado